Qué son los gases de invernadero y sus efectos al medio ambiente

Los gases de efecto invernadero y el efecto homónimo que provocan estas particulares sustancias están, en los últimos años, cada vez más en el centro del debate global sobre el futuro de nuestro Planeta. Su presencia excesiva en la atmósfera terrestre, por otra parte, tiene un impacto muy negativo sobre el clima y el medio ambiente, provocando cambios significativos muy perjudiciales para la Tierra y las personas que la habitan.

Aunque, como se ha dicho, hoy en día se habla mucho de los gases de efecto invernadero y del efecto de gases de invernadero, no todo el mundo sabe qué son concretamente estas sustancias, qué características y propiedades tienen y por qué son tan importantes, tanto positiva como negativamente. Por ello, es necesario arrojar luz sobre qué es un gas de efecto invernadero y los efectos que provocan este tipo de sustancias en la temperatura del planeta, sus causas y, sobre todo, sus consecuencias, incluso a largo plazo.

Qué son los gases de efecto invernadero y por qué son tan importantes

Los gases de efecto invernadero son sustancias gaseosas presentes en la atmósfera terrestre a las que se atribuye el importante papel de regular la temperatura global del planeta. Estos gases en concreto permiten la entrada de la radiación solar y, por otro lado, dificultan la salida de la radiación infrarroja reemitida por la superficie terrestre. De este modo, los gases de efecto invernadero son capaces de almacenar parte de la energía calorífica del Sol en la atmósfera terrestre.

El fenómeno causado por estos gases se denomina comúnmente «efecto invernadero» y puede comprobarse mediante análisis espectroscópicos en el laboratorio. Sin embargo, la analogía con lo que ocurre en los invernaderos utilizados para el cultivo, que sugirió el nombre de estos gases en particular y el efecto asociado a ellos, es incorrecta. De hecho, en los invernaderos utilizados para el cultivo, el aumento de la temperatura ambiente no está causado por una especie de «atrapamiento» de la energía radiante, sino por la ausencia de un fenómeno particular de transferencia de calor llamado convección.

El efecto invernadero a lo largo de la historia

La primera teorización del efecto invernadero, entendido como un fenómeno genérico en el que la atmósfera terrestre retiene el calor solar, se remonta tradicionalmente a 1827, cuando el matemático y físico francés Jean Baptiste Joseph Fourier analizó matemáticamente por primera vez la temperatura de la Tierra, relacionándola con la capacidad «aislante» de la atmósfera del planeta. Sin embargo, Fourier no logró identificar la causa concreta de este fenómeno. Fue el físico irlandés John Tyndall quien llamó la atención sobre la absorción del calor solar por algunos de los gases de la atmósfera terrestre algo más de 30 años después, en 1859.

El primero en teorizar las consecuencias negativas del efecto invernadero antropogénico sobre la temperatura de la Tierra fue, en cambio, en 1896, el físico sueco Svante Arrhenius. Según sus cálculos, una duplicación de la concentración de CO2 (dióxido de carbono) en la atmósfera terrestre habría provocado un aumento de 5-6° de la temperatura de la Tierra. Las estimaciones del físico sueco resultaron ser erróneas más tarde, pero se le atribuye el mérito de haber dado a conocer al mundo científico la relación entre un aumento del CO2 y un aumento de la temperatura del planeta, aunque durante varios años su teoría fue considerada poco relevante por la comunidad científica.

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